" No le estaba permitido ser a la vez inteligente y mujer. Captaba muy bien que ni su carácter independiente ni su nivel cultural gustaban, sabía que con su físico esbelto y bien formado sería mucho más popular con los hombres si se limitara a sonreír, sin hablar cosas de fondo. Los hombres las prefieren gansas".

domingo, 3 de mayo de 2009

Mi amor,

Me arrojas un por qué que recibo con letargo.
Agarro pé en el aire y le estrujo su sabor inicial.
Aprieto o con los dientes, degusto erre con mi lengua.
Salivo qú, quemo ú con mi paladar y me atraganto con é sin tragar.
Siento trabajar el estómago, que abre su boca y procesa las letras de tu aliento.
Bajan por mi intestino rozando paredes, haciendo llagas de pudor.
Las siento recorrer mi sangre, mis células, llenar mi cuerpo.
Sin embargo, defeco un por qué completo.

Insistes en la historia que no puedo explicar.
Y desangro las venas de mis ojos por la incontinencia de llorar.
Pero lo siento, el por qué me lo debo reservar.

Quisiera formular el porque, pero arrojo bocanadas de nada.
Doy vueltas en círculo, mordiéndome la cola, no terminando el ciclo.
Es que no tiene pies ni cabeza el porque, ya lo habrás notado.
Por eso el por qué no se puede explicar.

Aún así, yo te lo debo.
Jamás te he entregado el por, así que menos llegaría al qué.
Sólo te devuelvo un para qué, tratando de escabullirme.
No, de qué sirve los porqués y los paraqués.
Esos no existen.
La excusa agrava la falta, me sueles decir.
Te pregunto yo, algo que murió, ¿para qué revivir?

Es normal escapar de la realidad creando una falsa.
Una farsa que no te apetece.
No te satisface, no. No.
Y te preguntan por qué, pero si no lo hay, no,
No lo hay.

Y luego, categorizas las mentiras y las camuflas con “mi versión”.
Intentas que sea un por qué, pero jamás lo será.
Porque el por qué jamás será.

No hay explicación.
Ni siquiera necesidad de reconstruir escenas.
Ni siquiera de reformular pasados vacíos.
Mejor un presente abotagado, que un futuro baldío.

Te amo tanto mi amor.
Tú quisieras un cómo, yo te borro el cuándo.
Tú me cubres con un dónde, yo te rasgo las ropas de un cuál.
Y te amo tanto.

Si quieres un cuánto, yo te regalo un todo.
Pero el por qué nació muerto.
¿Dejémoslo bien sepultado?

1 comentario:

Trakios dijo...

Interesante...
Pues creo que hay muchos "por que" y "para que" que lo unico que logran es que perdamos el tiempo pensando demasiado sobre estas cosas , y a veces no actuemos a tiempo. o elijamos la respuesta mas inadecuada, cuando a veces la solucion al "por que" y al "para que" solo requiere coraje, y valentia.

Gratos saludos.

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