" No le estaba permitido ser a la vez inteligente y mujer. Captaba muy bien que ni su carácter independiente ni su nivel cultural gustaban, sabía que con su físico esbelto y bien formado sería mucho más popular con los hombres si se limitara a sonreír, sin hablar cosas de fondo. Los hombres las prefieren gansas".

sábado, 15 de octubre de 2011

Cristo no muere

Cada día, una y otra vez, en cualquier parte del mundo, lo volvemos a matar. Cada día, una y otra vez, cada minuto El muere. El muere y resucita al instante para volver a morir por nosotros. Nos mira desde lejos y baja... y se inmola. Cada día, una y otra vez muere por nosotros.

Despierta agotado y se entrega. Lo predice, pero aun así se entrega. Muere por nosotros en cada paso de nuestras vidas, resucita y vuelve a morir. Revive.

Cada vez que tu mente genera malos pensamientos y los practica, cada vez El muere.

Cada vez que eres egoísta, cada vez que piensas en ti mismo, cada vez que duermes caliente en tu cama mientras el otro muere de frío, El también muere.

Cada vez que la impotencia te ciega, cada vez que deseas venganza, cada vez que tomas la justicia por tu manos,, cada vez El también muere.

Cada vez que das vuelta la espalda, cada vez que miras bajo tu hombro, cada vez que te escondes en seudónimos, en estandartes, en falsas jerarquías, cada vez El también muere.

Cada vez que hieres, cada vez que tiras la piedra y escondes la mano, cada vez que lapidas, cada vez que no ofreces tu otra mejilla, cada vez El lo hace por ti, porque El también muere.

Cada vez que rechazas, cada vez que ignoras, cada vez que no das el paso, cada vez El te espera que lo acompañes, porque cada vez El estaría dispuesto a morir por ti.

Cada vez que sangras, cada lágrima que lloras, cada vestidura rasgada, cada golpe, cada ira, cada día, El muere en silencio.

El muere cada día, contigo sufriendo, contigo infringiendo dolor, contigo infringiendo muerte, El muere contigo, El muere por ti, El muere por tu causa. El muere porque no piensas, El muere porque sientes y porque no sientes, El muere porque no aprendiste nada y El muere porque quisiste saber todo. Y seguirá muriendo.

Porque cada día es un día nuevo, El nacerá para morir. El se entregará por ti. El sabrá lo que haces y lo que no haces y a diferencia tuya no juzgará, se entregará por ti.

Como el amigo que da la vida por el otro, el volverá, una y otra vez a morir por ti.

El sabrá cada paso que das y en el momento que tropieces, El dará su vida por ti.

Su cuerpo y su sangre dará por ti, como en un banquete. Y te dirá que lo disfrutes porque lo hace por ti. Y cuando lo llamen a causa tuya, silenciosamente volverá a morir por ti.

El te perdona, porque muere por ti. Cada día, el cualquier parte del mundo, El muere por ti. De hambre, de dolor, enfermo, preso, pobre en la calle, sin deseos de vivir, El te da la oportunidad de morir por ti.

Si El muere cada día, una y otra vez por ti, ¿por qué no vives un poquito por El?
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